El problema es el cómo

Uni Girona encadena ante Sopron la tercera derrota consecutiva y cae a la última posición de su grupo

Foto: FIBA.basketball

Spar Citylift Girona llegaba a Hungría con la necesidad de despejar las dudas generadas tras las dos últimas derrotas. Aun así, no solo no lo consiguió sinó que todavía dio una imágen más precupante ante un Sopron que no tuvo rival en la pista (66-56). Las de Éric Surís perdieron nada más y nada menos que 20 balones, acabando con un pobre 30% en tiros de campo. Esta nueva derrota, la tercera consecutiva de las gerundenses, complica mucho el panorama en Europa para las gerundenses, que caen a la cola de su grupo, fuera incluso de las plazas para la Eurocup.

Las gerundenses empezaron mal, sin ideas en ataque, y con tan solo el talento de Sonja Vasic (5 puntos consecutivos) manteniéndolas en partido. Pese a ello, el Sopron, muy acertado desde la línea de 3 puntos, pronto consiguió escaparse (12-5, min. 5). Tras un tiempo muerto de Surís, el equipo pareció responder. Un triple de Maria Araújo ajustaba el marcador a 15-10, pero todo resultó ser un espejismo y, ayudado por las numerosas pérdidas de balón de las gerundenses, (8 en el primer parcial) se fue hasta el 23-12 al final del cuarto.

El segundo parcial fue todavía más dramático. Con la moral por los suelos, Uni Girona continuó con el atasco en ataque. Las catalanas no encontraban situaciones claras y ello provocó muchos tiros forzados, airballs y un abuso de jugadas personales. Además, los problemas en el ataque se acabaron filtrando a la defensa, un coladero en ocasiones, en que las húngaras, especialmente Fegyverneki, llegaban hasta la cocina gerundense sin oposición. Las defensoras catalanas veían constantemente la cruz en los 1x1 y la ayuda rara vez llegaba a tiempo.

Con 30-15 ya en el marcador Surís propuso una defensa zonal para intentar sacudir un poco un partido al que las suyas todavía no habían llegado. Pero tampoco eso sirvió para parar la sangría y poco a poco las jugadoras del Uni fueron evidenciando su frustración en forma de protestas a los árbitros y malas caras. Esta espiral de negatividad culminó a falta de pocos segundos para acabar el cuarto cuando la veterana Laia Palau perdió las formas y vio como los colegiados la castigaban con una técnica (su tercera falta) que permitía a Sopron irse al descanso con un 42-21 (+21).

Después de un descanso más largo de lo habitual por culpa de problemas en el marcador se esperaba una reacción del Girona que no llegó, al menos hasta los últimos compases del partido. El tercer cuarto fue un quiero y no puedo, las gerundenses parecieron reaccionar por medio de una Mima Coulibaly (5 puntos seguidos) claramente recuperándose todavía de su lesión, pero Sopron respondió.

De hecho, las húngaras no solo lograban mantener una cómoda ventaja sinó que lograron aumentarla a 28 puntos (62-34) a falta de siete minutos para la conclusión del partido. En los últimos minutos, sin embargo, las locales levantaron el pie del accelerador y las gerundenses lo aprovecharon para maquillar el marcador, anotando unos ya estériles 26 puntos en el último cuarto. Al final, lo mejor acabó siendo el marcador, 66-56, cortísimo para lo que había sido el partido.

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